Un incidente ocurrido durante una tarde de sábado en la localidad de Vuelta de Obligado ha generado controversia y debate. Cerca del atardecer, un control vehicular rutinario se llevó a cabo cerca de la Escuela N° 13 sobre el Camino Lucio V. Mansilla. Durante esta verificación, el concejal Martín Rivas fue detenido para revisar su documentación. El funcionario público enfrentó dificultades al presentar algunos documentos necesarios, lo que llevó a un intercambio tenso con los inspectores y finalmente al secuestro de su vehículo. A pesar de enviar posteriormente las pruebas requeridas, el Renault Fluence permanece en el depósito municipal mientras se resuelve el caso legal.
El sábado por la tarde, cuando el sol comenzaba a ocultarse, los agentes municipales estaban realizando controles habituales de tráfico en dirección hacia Vuelta de Obligado. Alrededor de las 19 horas, un automóvil Renault Fluence conducido por el concejal Martín Rivas fue detenido para la revisión de documentación. Los inspectores solicitaron la licencia de conducir, DNI, tarjeta verde, VTV y seguro. Según declaraciones del edil, no encontraba inicialmente el recibo de su seguro, lo que generó cierta demora. Tras varios minutos buscando en su teléfono móvil, finalmente logró encontrarlo.
Al día siguiente, Rivas explicó los hechos a La Opinión, proporcionando copias de la documentación y capturas de pantalla como prueba de que había cumplido con todas las exigencias legales. En su relato, mencionó que el inspector Jorge Martínez lo reconoció inmediatamente como concejal y le pidió presentar la documentación correspondiente. Sin embargo, debido a problemas técnicos con su teléfono, tuvo dificultades para mostrar la póliza de seguro actualizada. A pesar de pedir unos minutos adicionales, el inspector se mostró impaciente y amenazó con llevarse el vehículo si no cumplía rápidamente.
A medida que avanzaba la situación, Rivas asegura haber encontrado finalmente el documento necesario y trató de informar al inspector, pero este ya estaba conversando con sus compañeros. Cuando regresó, le comunicó que era demasiado tarde y que debían confiscar el auto debido a la demora. El concejal intentó evitarlo argumentando que tenía todos los papeles en orden, pero el director Armando Caballero no pudo desautorizar la decisión del inspector. Ante la falta de batería en su teléfono, decidió enviar la documentación vía WhatsApp a Caballero para dejar claro que todo estaba en regla.
El conflicto persistió y los inspectores insistieron en llevarse el vehículo. El inspector, según Rivas, actuó de manera poco profesional, sugiriendo que siendo concejal debería conocer mejor las normas de tránsito. Ante esta situación, el concejal recurrió a un abogado y planea presentarse ante el Juzgado de Faltas el lunes para exponer su versión de los hechos. Mientras tanto, su vehículo sigue retenido en el Corralón Municipal, esperando una resolución oficial que esclarezca el incidente y determine si hubo alguna irregularidad en el procedimiento seguido por los inspectores.