En un hito significativo para la educación y la tecnología en México, jóvenes estudiantes del Centro Universitario Latino (CEULVER) en Veracruz han desarrollado el primer prototipo de una aeronave tripulada basada en tecnología de drones. Bautizado como "Mantarraya", este innovador vehículo volador ha despertado gran interés tanto dentro como fuera de las aulas. Durante su presentación a los medios, los estudiantes explicaron que el dispositivo funciona como un dron controlado por un piloto a bordo. Con seis motores de alta potencia, el prototipo puede soportar hasta 180 kilos en pruebas con peso muerto. Los creadores buscan ahora el apoyo de autoridades aeronáuticas para realizar demostraciones públicas seguras, con el objetivo de llevar esta tecnología más allá del ámbito académico y hacia aplicaciones prácticas.
En la cálida atmósfera de un fin de semana reciente, en el corazón de Veracruz, un grupo de jóvenes entusiastas del CEULVER presentó oficialmente al público su creación más ambiciosa: "Mantarraya". Este prototipo de aeronave tripulada, diseñado y construido bajo la guía del ingeniero Víctor Leyva, profesor de Mecánica Automotriz y Mecatrónica, es el fruto de meses de dedicación y esfuerzo. El equipo mostró cómo Mantarraya, equipado con seis potentes motores, logró despegar y sobrevolar el área ante la mirada atónita de los asistentes. Cada motor puede soportar hasta 60 kilos, lo que permite que el vehículo, junto con un pasajero, tenga un peso de despegue aproximado de 160 kilos. En pruebas de resistencia, Mantarraya demostró ser capaz de levantar hasta 180 kilos. Los estudiantes aspiran a obtener el respaldo necesario para realizar demostraciones públicas en espacios adecuados, con todas las medidas de seguridad pertinentes, con la esperanza de que su proyecto pueda tener aplicaciones reales, como el rescate aéreo en zonas inaccesibles.
Desde una perspectiva periodística, la presentación de Mantarraya representa un paso importante hacia el futuro de la tecnología y la educación en México. Este proyecto no solo destaca la capacidad innovadora de los jóvenes estudiantes, sino que también subraya la importancia de la colaboración entre la academia y la industria. La visión de estos jóvenes emprendedores demuestra que, con el apoyo adecuado, pueden surgir soluciones creativas y efectivas para problemas complejos. Es inspirador ver cómo la tecnología y la educación se unen para abrir nuevas posibilidades y cambiar el panorama de lo que es posible en el mundo de hoy.