Un inesperado cambio de planes sacudió las instalaciones del Hard Rock Stadium en Miami. El enfrentamiento estelar entre Novak Djokovic y Sebastian Korda, previsto para la noche anterior, fue reprogramado debido a una serie de eventos que desbordaron el cronograma del torneo. La normativa recién implementada por la ATP y la WTA jugó un papel crucial en esta decisión. Con la intención de proteger a los atletas de competir a altas horas de la madrugada, ambas entidades permitieron que los jugadores optaran por aplazar su encuentro hasta este jueves.

El atasco en la programación del evento se originó tras un día cargado de emociones en las pistas principales. Los partidos extendidos, como el sorprendente triunfo de Alexandra Eala sobre Iga Swiatek o la derrota de Alexander Zverev ante Arthur Fils, consumieron gran parte del tiempo asignado. Estos enfrentamientos prolongados llevaron al duelo entre Grigor Dimitrov y Francisco Cerúndolo a sobrepasar las dos horas y media, mientras que el choque entre Jessica Pegula y Emma Raducanu también excedió considerablemente lo esperado. Ante esta acumulación de demoras, los equipos de Djokovic y Korda decidieron conjuntamente no iniciar el partido más allá de las 23:00 horas locales.

Esta situación marca un hito importante dentro de la lucha por mejorar las condiciones laborales de los tenistas profesionales. Coincidiendo con las demandas planteadas por la PTPA, organización liderada por Djokovic, el caso refuerza la necesidad de respetar tanto la salud física como mental de los deportistas. En este contexto, el serbio busca alcanzar un hito personal: su título número 100 en una carrera llena de éxitos. A sus 37 años, Djokovic sigue demostrando su capacidad competitiva, enfrentándose ahora a uno de los talentos emergentes del circuito en un enfrentamiento clave para definir su camino hacia la gloria en Miami. Más allá del resultado, este episodio subraya la importancia de equilibrar exigencias deportivas con bienestar humano.