La compañía automotriz Ford ha implementado nuevas estrategias para fortalecer su rendimiento financiero y operativo. En un esfuerzo por optimizar recursos y mejorar la eficiencia, la empresa ha decidido ajustar su política de compensaciones para ciertos niveles gerenciales. Aproximadamente 3.300 empleados de nivel intermedio, que representan cerca de la mitad de los puestos asalariados de este rango, no recibirán bonificaciones en acciones este año. Esta medida se alinea con la visión del director ejecutivo Jim Farley, quien busca impulsar una cultura orientada a resultados y altas prestaciones.
Los desafíos financieros que enfrenta Ford son significativos. La empresa prevé una reducción considerable en sus ganancias antes de intereses e impuestos, con una caída estimada de hasta 2 mil millones de dólares. Además, los costos asociados con reparaciones garantizadas y otros gastos operativos han sido identificados como áreas críticas que requieren atención inmediata. Según Farley, estos gastos superan los 7 mil millones de dólares anuales, lo que representa una desventaja competitiva frente a sus rivales. En paralelo, el sector de vehículos eléctricos también atraviesa dificultades, con pérdidas proyectadas cercanas a los 5.5 mil millones de dólares este año. Sin embargo, Ford tiene planes concretos para recortar costos y reestructurar sus operaciones, con metas ambiciosas de reducir gastos en mil millones de dólares durante el presente año.
Ford está comprometida en cerrar la brecha competitiva y transformar su enfoque hacia una mayor calidad y responsabilidad en todos los niveles. Este cambio cultural, respaldado por decisiones estratégicas, busca asegurar que cada miembro del equipo contribuya efectivamente al éxito de la empresa. La adaptación a las nuevas realidades del mercado y la implementación de medidas responsables son fundamentales para garantizar un futuro sólido y sostenible para Ford.