Con una destacada actuación, el tenista español demostró su capacidad de adaptarse a las exigencias del torneo de Montecarlo. En su segunda participación en este prestigioso evento, Alcaraz logró superar al argentino Francisco Cerúndolo, marcando así un hito importante en su carrera deportiva. Este triunfo no solo le otorga acceso a los octavos de final, sino que también refuerza su confianza en la superficie de tierra batida. A pesar de las dificultades iniciales, mostró una notable evolución en su juego durante el enfrentamiento.
La clave para revertir el rumbo del partido estuvo en la estrategia y la paciencia del jugador murciano. Reconociendo sus propios errores en el inicio, Alcaraz ajustó su estilo de juego para presionar más al rival desde la línea de fondo. Esta táctica le permitió recuperar terreno perdido y tomar control del encuentro. Además, mencionó cómo la experiencia previa sobre tierra batida le ayudó a mejorar su desempeño conforme avanzaba el duelo. “Fue esencial mantener la calma y centrarme en cada punto”, expresó tras el partido.
El amor por la tierra batida se refleja claramente en las palabras de Alcaraz, quien valora especialmente los intercambios prolongados que caracterizan esta superficie. Para él, este tipo de partidos ofrece una oportunidad única de disfrutar un tenis más auténtico y completo. Mirando hacia adelante, enfrentará al alemán Daniel Altmaier, un rival que ha demostrado estar en gran forma. Este desafío será una prueba crucial para Alcaraz, quien promete enfocarse en cada detalle para seguir avanzando. Su determinación y espíritu competitivo son inspiradores y reflejan el compromiso necesario para alcanzar grandes metas en el mundo del tenis.