En un giro inesperado, Noruega está a punto de lograr su ambicioso objetivo de poner fin a las ventas de automóviles con motores de combustión para 2025. Este hito se ha hecho posible gracias a una combinación de políticas innovadoras y una transformación cultural que ha impulsado la adopción masiva de vehículos eléctricos (VE). A pesar de ser uno de los mayores exportadores de combustibles fósiles, el país nórdico ha liderado el camino hacia una movilidad más sostenible, superando incluso a otras naciones europeas y estadounidenses.
Políticas Innovadoras que Han Impulsado la Adopción de VE
Desde principios de los años 90, Noruega ha implementado una serie de medidas fiscales y beneficios que han facilitado la transición hacia los vehículos eléctricos. Inicialmente, estas políticas parecían poco más que un sueño idealista, pero con el tiempo, se convirtieron en un pilar fundamental del éxito del país en este ámbito. Las exenciones de impuestos, el estacionamiento gratuito y el acceso a carriles exclusivos han sido clave para hacer que los VE sean una opción atractiva para los consumidores.
La estrategia comenzó con pequeños pasos, como la exención de impuestos de matriculación para un modelo de coche eléctrico en 1994. Sin embargo, a medida que la tecnología avanzaba, los gobiernos sucesivos ampliaron los incentivos, incluyendo exenciones de peajes, tasas de circulación e impuestos sobre el valor añadido. Estas medidas no solo hicieron que los VE fueran más económicos, sino que también mejoraron significativamente la experiencia del usuario. Hoy en día, aunque algunos incentivos se han reducido, los beneficios más importantes siguen vigentes, lo que ha permitido que los VE florezcan en las calles noruegas. Los talleres mecánicos están adaptándose rápidamente a esta nueva realidad, invirtiendo en formación y equipamiento especializado para trabajar con baterías. Además, las cadenas de gasolineras están reemplazando los surtidores de combustible por puntos de carga eléctrica, y los operadores de la red eléctrica están respondiendo a la creciente demanda de conexiones de alta potencia.
Una Transformación Cultural y Tecnológica
La adopción de vehículos eléctricos en Noruega ha ido más allá de las ciudades principales y ahora abarca regiones remotas, desde el archipiélago de Svalbard hasta pequeños pueblos fronterizos. En septiembre, al menos el 90% de los nuevos automóviles vendidos en todos los condados eran eléctricos, alcanzando incluso el 98% en algunas áreas. Esta rápida expansión ha cambiado la percepción pública de los VE, que ya no son vistos solo como una opción para entusiastas del medio ambiente, sino como una alternativa práctica y accesible para cualquier conductor.
Inicialmente, los compradores de VE solían mantener sus coches de gasolina como respaldo, pero hoy casi dos tercios de los hogares con vehículos eléctricos solo tienen ese medio de transporte. La confianza en la tecnología ha aumentado, y los consumidores están descubriendo las ventajas económicas y ambientales de los VE. Fabricantes chinos como Xpeng, BYD y Nio compiten por establecerse en Oslo, ofreciendo experiencias únicas a los clientes, como fiestas y paseos familiares. Christina Bu, secretaria general de la asociación de vehículos eléctricos de Noruega, destaca cómo la gente está orgullosa de sus vehículos eléctricos, una lección que otros países pueden aprender. Aunque los vehículos de gasolina seguirán siendo vendidos después de 2025, la escala de los incentivos ha hecho que los VE tengan un costo de propiedad mucho menor, consolidando así su posición en el mercado.