El gobierno estadounidense planea introducir importantes cambios en su política arancelaria. Según declaraciones del mandatario Donald Trump, se prevé el establecimiento de nuevos gravámenes que afectarán a sectores estratégicos como la industria automotriz, los semiconductores y los productos farmacéuticos. Estos impuestos podrían alcanzar un 25% y aumentar aún más en el futuro. La medida busca incentivar la reubicación de fábricas dentro del territorio norteamericano.

Desde su residencia vacacional en Florida, el presidente explicó que estas tasas proporcionarían un estímulo económico significativo para las empresas que decidan trasladarse a Estados Unidos. Se espera que las organizaciones tengan un periodo de adaptación antes de que estos gravámenes entren en vigor. Trump subrayó que una vez instaladas en el país, las compañías quedarían exentas de pagar dichos aranceles.

Las fechas anunciadas indican que la implementación de estos gravámenes podría comenzar tan pronto como principios de abril. Además, se anticipa la finalización de un estudio sobre las políticas fiscales internacionales que respaldará la aplicación de estas medidas. Este anuncio sigue a recientes decisiones del gobierno que ya habían impuesto gravámenes sobre productos chinos y materias primas como acero y aluminio.

Esta estrategia económica apunta a fortalecer la industria nacional mediante la imposición de barreras comerciales selectivas. A través de esta iniciativa, se busca impulsar la producción local y reducir la dependencia de importaciones en sectores clave de la economía estadounidense. Los expertos consideran que estas acciones tendrán un impacto significativo tanto en el mercado interno como en las relaciones comerciales internacionales.