El programa Hoy No Circula, implementado en la Ciudad de México desde 1989, ha jugado un papel crucial en el combate a la contaminación y la congestión vehicular. Este plan inicialmente se centraba en limitar la circulación de automóviles basándose en el último dígito de su placa y el color del engomado asignado, aplicándose de lunes a sábado. A lo largo de los años, ha experimentado ajustes para adaptarse a las crecientes demandas ambientales y urbanas, incorporando nuevas estrategias y exenciones para vehículos menos contaminantes.
Desde sus inicios, este esquema se diseñó como una medida temporal para mejorar rápidamente la calidad del aire durante los días laborables. Sin embargo, pronto se convirtió en un pilar fundamental para enfrentar los desafíos ambientales de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). Con el paso del tiempo, factores como el aumento poblacional y la expansión del parque vehicular han llevado a la necesidad de ajustar las reglas del programa. Las autoridades han respondido a estos cambios con restricciones más severas durante episodios de alta contaminación, enfocándose en controlar niveles críticos de ozono y partículas PM2.5, que representan un riesgo para la salud pública.
Además, el programa ha fomentado el uso de tecnologías limpias al otorgar exenciones a vehículos híbridos, eléctricos y aquellos que cumplen con las normas de verificación cero o doble cero. Esta iniciativa promueve un parque vehicular más sostenible y ecológico. En respuesta a las condiciones cambiantes, el programa ha evolucionado para garantizar su efectividad continua en la mejora de la calidad del aire y la reducción del tráfico en esta megaciudad.
Para fechas específicas, como el 24 de febrero, las restricciones afectan a vehículos con placas terminadas en 5 y 6, así como aquellos con engomado amarillo, operativas de 5:00 a 22:00 horas tanto en la Ciudad de México como en los municipios adyacentes del Estado de México. Estas medidas reflejan el compromiso continuo del gobierno local para mantener un equilibrio entre movilidad y protección ambiental.
Este programa ha demostrado ser una herramienta adaptable y eficaz en la lucha contra la contaminación atmosférica en la Ciudad de México. Al implementar restricciones vehiculares y promover alternativas más limpias, ha contribuido significativamente a mejorar la calidad del aire y disminuir la congestión urbana, adaptándose constantemente a las necesidades cambiantes de la ciudad y sus habitantes.