Cerca del majestuoso Monte Fuji, Toyota ha iniciado un proyecto revolucionario que busca redefinir el futuro de la movilidad y la vida urbana. Este lugar, conocido como Woven City, no es una ciudad inteligente convencional, sino un laboratorio a gran escala donde se exploran las posibilidades de la robótica, la inteligencia artificial y los vehículos autónomos sin emisiones. El proyecto, con un presupuesto de 10.000 millones de dólares, está diseñado para ser un espacio donde investigadores y startups puedan colaborar y compartir ideas. La primera fase ya está en marcha, cubriendo una extensión equivalente a cinco campos de béisbol, mientras que la ciudad completa ocupará una superficie de casi 3 millones de pies cuadrados.
Este ambicioso proyecto surgió en terrenos que antes albergaban una fábrica de Toyota Motor Corp., ahora transformada en un centro de innovación. A diferencia de otros proyectos futuristas que han fracasado o permanecen inconclusos, Woven City aspira a superar las expectativas. Daisuke Toyoda, un ejecutivo de la familia fundadora, enfatiza que este no es un desarrollo inmobiliario tradicional, sino un campo de pruebas para la movilidad. Los edificios están conectados por túneles subterráneos donde vehículos autónomos realizarán tareas como recoger residuos y hacer entregas.
Actualmente, la ciudad aún no cuenta con residentes permanentes, pero pronto recibirá a sus primeros habitantes: un grupo selecto de aproximadamente 100 personas, entre ellas empleados de Toyota y empresas asociadas. Estos "tejedores" incluyen representantes de diversas industrias, desde fabricantes de alimentos hasta productores de aires acondicionados. Entre ellos, UCC, una empresa cafetera, ya ha comenzado a ofrecer bebidas calientes desde un autobús autónomo estacionado en una plaza rodeada de complejos de apartamentos vacíos.
El nombre de la ciudad es un homenaje a los orígenes de Toyota como fabricante de telares automáticos, reflejando la visión de Sakichi Toyoda, bisabuelo de Daisuke, quien buscaba facilitar la vida de su madre trabajadora del telar. Aunque Toyota ha sido menos activa en el mercado de vehículos eléctricos, en Woven City se está apostando fuertemente por el hidrógeno como fuente de energía. Expertos en la industria automotriz, como Keisuke Konishi, ven en este proyecto una estrategia de Toyota para competir con Waymo, de Google, incluso si eso significa invertir en una infraestructura completa sin esperar ganancias inmediatas.
A pesar de los desafíos, Woven City representa un paso audaz hacia el futuro de la movilidad sostenible y la tecnología urbana. Con su enfoque en la colaboración y la innovación, esta ciudad modelo podría convertirse en un referente global para el desarrollo de ciudades futuristas. Toyota demuestra con este proyecto que tiene tanto la visión como los recursos necesarios para liderar este cambio transformador en el mundo de la movilidad.