El torneo de dobles del Masters 1000 de Montecarlo ha sido testigo de una sorprendente actuación por parte de la pareja compuesta por Ben Shelton y Rohan Bopanna, quienes alcanzaron los cuartos de final tras derrotar a la destacada dupla italiana formada por Simone Bolelli y Andrea Vavassori. Sin embargo, lo que realmente llamó la atención no fue únicamente el desempeño deportivo, sino un incidente entre Shelton y Vavassori que derivó en acusaciones cruzadas y consecuencias físicas para el jugador italiano.
En medio de un enfrentamiento vibrante desarrollado bajo el sol cálido de Mónaco, un inesperado contratiempo ocurrió durante el primer punto del segundo set cuando Shelton realizó una volea que impactó accidentalmente en el cuerpo de Vavassori. Aunque el estadounidense se disculpó de inmediato, al término del partido, donde prevalecieron Shelton y Bopanna con un marcador de 2-6, 7-6 (4) y 10-7, Vavassori confrontó a su oponente acusándolo de dirigir intencionalmente bolas hacia él. En respuesta, Shelton replicó señalando que tales actitudes no corresponden al espíritu deportivo del tenis.
Pero la historia no terminó allí. Este jueves, Vavassori compartió en sus redes sociales que el golpe accidental le causó una pequeña fractura en las costillas, obligándolo a retirarse de la competencia programada para Barcelona la próxima semana. Esta situación plantea una reflexión sobre la importancia de la seguridad y el respeto mutuo en el ámbito deportivo.
Desde un ángulo periodístico, este episodio subraya cómo un simple lance en el juego puede desencadenar repercusiones más amplias, afectando tanto la carrera profesional como las relaciones personales entre los jugadores. Como lectores, debemos recordar que, aunque la rivalidad es inherente al deporte, la ética debe prevalecer siempre.